CAMINO LECCE

Parada en Roma, todo a pedir de boca, dormimos en el barrio de San Lorenzo, un barrio popular, universitario, con ambiente callejero. Pateamos Roma, Coliseo, Piazza Venezia, Fontana de Trevi, Piazza de spagna, Piazza del Popolo, Piazza Navona, Panteon. Un recorrido turístico a toda mecha con Tana y Lula, vuelta a casa en autobús lleno y con las perras, toda una novedad.

Salimos de Roma a las 9, a las 2 horas paramos para repostar y mirar el aceite de nuestro delicado vehículo, ohhh¡¡¡¡ sorpresa, todo el portón trasero de la furgo empapado de aceite y ni una gota en la cala, perfecto. Directamente entré en un estado entre depresión y pánico sin poder hacer absolutamente nada, menos mal que alberta se hizo cargo de la situación, contactar con la grúa y llevar la furgo a un taller.

La parada fue en Caserta, al lado de Napoles, el dialecto que hablan allí ni alberta lo entendía. Nos llevaron a una zona industrial chunga, una autentica gitanada, a un taller del siglo pasado. Como podéis imaginar nos putearon y nos timaron, no paréis nunca en Caserta. Al final seis horas de parada, 180 pavos por un cambio de aceite y un tubito que transporta el aceite. El tubo tenia una fisura por la que el aceite salia disparado del coche, fue una autentica suerte, casualidad que parasemos justo en ese momento, quizá 10 km más y hubiésemos reventado el motor, no quiero ni pensar que coño hacemos si pasa eso, sin coche con 2 perras.... una fiesta. En fin, el resto de viaje ya mal, salimos casi de noche y al poco tiempo comenzó a llover, otra vez 5 horas de coche nocturnas, lloviendo, y acojonados por si la supuesta reparación no funcionaba, un coñazo.

Sin embargo al llegar nos esperaban con una insalata di mare, riso patate e cozze, foccacha de verdura, comenzó una fiesta gastronómica que creo que no parará hasta la vuelta a Siena.